¿Por qué en cuclillas?
Sencillamente porque nuestro organismo fue diseñado para realizar evacuaciones sentados en cuclillas. Esto permite que las evacuaciones se realicen de manera suave y completa, permitiendo el correcto vaciado del intestino, cosa que no sucede cuando estamos sentados en el inodoro convencional.
Al sentarnos en el inodoro las piernas quedan en un ángulo de 90 grados con respecto al torso, esta postura dificulta la eliminación ya que impide la completa liberación del colon, obstruyendo la descarga como se ilustra en las imágenes de abajo.
Por otro lado al ponerse en cuclillas, las rodillas quedan cerca torso y esta posición cambia las relaciones espaciales de sus órganos y músculos intestinales, relajando y enderezando el recto permitiendo que la gravedad realice la mayor parte del trabajo, logrando una eliminación suave y completa.
Esto evita el estancamiento fecal y la acumulación de toxinas en el tracto intestinal lo que sucede debido a la putrefacción de los residuos estancados.
De hecho, las sociedades no occidentales donde todavía se sientan en cuclillas para evacuar, las enfermedades intestinales son prácticamente desconocidas, cosa que no sucede en los países de occidente donde los índices que son muy elevados.
Si observamos a los bebés instintivamente se acuclillan para defecar, al no estar condicionados por la cultura se colocan en la postura que más les ayuda a evacuar.